Encefalitis

De Enciclopedia Médica Ferato
Revisión del 14:24 3 jul 2008 de Admin dr (discusión | contribs.) (New page: Literalmente, encefalitis significa inflamación del cerebro, pero generalmente este término se emplea para referirse a la inflamación del cerebro provocada por un virus. Se trat...)
(difs.) ← Revisión anterior | Revisión actual (difs.) | Revisión siguiente → (difs.)

Literalmente, encefalitis significa inflamación del cerebro, pero generalmente este término se emplea para referirse a la inflamación del cerebro provocada por un virus. Se trata de una enfermedad poco habitual, que ocurre en aproximadamente 0,5 de cada 100.000 personas –más habitualmente niños, ancianos y personas con el sistema inmunitario debilitado (es decir, con VIH/SIDA o cáncer).

Etiología

Puesto que la encefalitis puede estar provocada por muchos tipos de gérmenes diferentes, la infección se puede contraer de varias formas distintas.

De los muchos tipos diferentes de virus que pueden provocar la encefalitis, uno de los más peligrosos y la causa más frecuente de encefalitis es el virus del herpes simple (VHS). El virus del herpes es el mismo virus que provoca las pupas labiales o calenturas, pero, cuando ataca al cerebro, este virus puede ser a veces mortal. Afortunadamente la encefalitis por virus del herpes simple es muy poco frecuente.

La encefalitis puede ser una complicación muy rara de la enfermedad de Lyme transmitida por las garrapatas, o de la rabia transmitida por animales portadores de esta enfermedad.

Los mosquitos también pueden transmitir virus que provocan varios tipos de encefalitis, incluyendo la encefalitis del Nilo occidental, la encefalitis de San Luis y la encefalitis equina occidental. Durante los últimos años, en EE.UU. ha habido cierta preocupación sobre la propagación del virus del Nilo occidental, transmitido a los humanos por mosquitos que han contraído el virus al picar a pájaros infectados.

En los niños las formas más leves de encefalitis pueden seguir o acompañar a las enfermedades típicas de la infancia, como el sarampión, las paperas, la varicela, la rubéola y la mononucleosis. Los virus como el de la varicela se contagian principalmente a través de los fluidos segregados por la nariz y de la garganta, habitualmente al toser o estornudar.

Menos frecuentemente, la encefalitis puede estar provocada por una infección bacteriana, como la meningitis bacteriana, o puede ser una complicación de otras enfermedades infecciosas como la sífilis. Ciertos parásitos, como los que transmiten la toxoplasmosis, también pueden provocar una encefalitis en personas con el sistema inmunitario debilitado.

Síntomas

Entre los casos propios de los casos de encefalitis más leves se incluyen los siguientes:

En los casos de encefalitis más graves, es más probable que la persona tenga fiebre alta y cualquiera de una serie de síntomas relacionados con el sistema nervioso central, incluyendo los siguientes:

  • Fuerte dolor de cabeza.
  • Náuseas y vómitos.
  • Rigidez de cuello o nuca.
  • Confusión.
  • Desorientación.
  • Cambios de personalidad.
  • Convulsiones.
  • Problemas de habla o audición.
  • Alucinaciones.
  • Pérdida de memoria.
  • Somnolencia.
  • Coma.

Es más difícil detectar algunos de estos síntomas en los lactantes, pero sigue habiendo algunos signos importantes en que nos podemos fijar, como los siguientes:

  • Vómitos.
  • Fontanelas prominentes o abultadas.
  • Llantos inconsolables o que parecen empeorar cuando se coge al bebé en brazos o se manipula de algún modo.
  • Rigidez corporal.

Puesto que la encefalitis puede seguir o acompañar a las enfermedades víricas comunes, a veces aparecen antes los signos y síntomas característicos de estas enfermedades. Pero a menudo la encefalitis aparece sin previo aviso.

Diagnóstico

Los médicos utilizan varias pruebas para diagnosticar la encefalitis, incluyendo:

  • Pruebas de diagnóstico por la imagen, como la tomografía computerizada (TC) o la resonancia magnética (RM), para comprobar si el cerebro está inflamado o presenta alguna hemorragia u otras anomalías.
  • Electroencefalograma (EEG), que registra las señales eléctricas cerebrales, para comprobar si existen ondas cerebrales anómalas.
  • Análisis de sangre para confirmar la presencia de bacterias o virus en la sangre y si la persona está fabricando anticuerpos (proteínas específicas que luchan contra la infección) como reacción contra determinado germen.
  • Punción lumbar para recoger líquido cefalorraquídeo (el fluido que hay alrededor del cerebro y la médula espinal) a fin de detectar posibles signos de infección.