Tumor de Wilms
Es un tipo de cáncer renal que se presenta en los niños.
Etiología
El tumor de Wilms es la forma más común de cáncer del riñón en la infancia y su causa exacta en la mayoría de los niños se desconoce.
La ausencia del iris (aniridia) es un defecto congénito que algunas veces está asociado con el tumor de Wilms. Otros defectos congénitos ligados a este tipo de cáncer renal abarcan algunos problemas de las vías urinarias y el agrandamiento de un lado del cuerpo, una afección llamada hemihipertrofia.
Es más común entre algunos hermanos y gemelos, lo cual sugiere una posible causa genética.
La enfermedad ocurre en aproximadamente 1 de cada 200.000 a 250.000 niños. Por lo general ataca cuando el niño tiene más o menos tres años y rara vez se presenta después de los 8 años.
Síntomas
- Dolor abdominal.
- Estreñimiento.
- Fiebre.
- Sensación de molestia o inquietud general (malestar)
- Presión arterial alta.
- Aumento del tamaño de un solo lado del cuerpo.
- Inapetencia.
- Náuseas.
- Hinchazón en el abdomen (hernia o masa abdominal)
- Vómitos.
Nota: La orina de color anormal puede también estar asociada con esta enfermedad.
Diagnóstico
Se hace énfasis especialmente en la historia clínica y en el examen físico. El médico indagará sobre antecedentes familiares de cáncer y buscará anomalías congénitas asociadas en el niño.
Un examen físico revela una masa abdominal. Es posible que también se presente presión arterial alta.
La presencia de sangre en la orina se da en menos del 25% de los niños.
Algunos de los exámenes son:
- Ecografía abdominal.
- Radiografía abdominal.
- BUN.
- Radiografía de tórax.
- Conteo sanguíneo completo (puede mostrar anemia)
- Creatinina.
- Depuración de la creatinina.
- Tomografía del abdomen
- Pielografía intravenosa.
- Análisis de orina.
Se pueden requerir otros exámenes para determinar si el tumor se ha diseminado.
Pronóstico
Los niños cuyo tumor no se ha diseminado tienen una tasa de curación del 90% con el tratamiento apropiado.
Complicaciones
El tumor puede volverse muy grande, pero generalmente permanece autoencerrado. La complicación más preocupante es la diseminación del tumor a los pulmones, al hígado, a los huesos o al cerebro.
Se puede presentar hipertensión arterial y daño renal como resultado del tumor o de su tratamiento.
La extirpación de un tumor de Wilms de ambos riñones puede afectar la función renal.